21 de diciembre de 1983. Estadio Benito Villamarín. Sevilla
Fase clasificación Eurocopa Francia 1984
ESPAÑA 12-MALTA 1
"¡Sí, Sí, Sí, nos vamos a París!"
El histórico 12 a 1 con narración del entrañable locutor de RTVE José Ángel de la Casa. Muchos como él, ya nos habíamos quedado roncos de cantar tantos goles, cuando Señor marcó el gol 12.
Alineación del histórico 12/ 1 a Malta.De pie (izquierda a derecha). Camacho, Maceda, Goicoetxea, Gordillo, Señor, Buyo (debut). Agachados (izquierda a derecha). Carrasco, Víctor, Santillana, Rincón y Sarabia.
El estadio Benito Villamarín de Sevilla, campo del Real Betis Balompié, fue escenario de una de las mayores épicas de nuestro fútbol. El estadio tiene una placa conmemorativa en recuerdo al 12 / 1 a Malta. Curiosamente la ciudad debía ser sede de la selección española en la segunda fase del Mundial 82, pero su mala clasificación (segundo lugar de grupo) le llevó destino a Madrid. A partir de este partido, la ciudad de Sevilla -alternándose entre el Benito Villamarín y el Sánchez Pizjuán- se convirtió en la sede oficial de los partidos oficiales de la Selección durante la etapa Muñoz.
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Tras el fracaso mundialista, el nuevo seleccionador nacional Miguel Muñoz abordó una profunda renovación del equipo nacional, dejando fuera a jugadores jóvenes y de gran calidad pero malheridos futbolísticamente por el fracaso del 82. Juanito Gómez, Jesús María Zamora o López Ufarte, fueron algunos de los más sonados descartes de la nueva etapa.
Miguel Muñoz salvó del desastre mundialista a Arconada, Maceda, Santillana, Ricardo Gallego, Gordillo y Camacho, recuperó a Víctor -ausente en el Mundial por lesión- e incorporó sabia nueva para dar frescura al equipo con jugadores como Hipólito Rincón, Sarabia, Roberto, Goicoetxea o Juan Señor. Era una nueva etapa y el equipo nacional encaraba la fase de clasificación para la Eurcopa de 1984 que le correspondía organizar a Francia.
El equipo de Muñoz debutó ante Islandia, uno de los equipos del grupo de clasificación, el 27 de octubre de 1982 en Málaga. España ganó por la mínima (gol de Pedraza, uno de los debutantes), pero ya se veía una mayor frescura, rapidez y capacidad ofensiva. Tras el empate a 3 en Dublín ante Eire, España se enfrentaba a su máximo rival para liderar la clasificación, Holanda. La victoria con un solitario gol de penalti marcado por Señor puso a los españoles líderes de su grupo, liderato que, tras otras tres victorias consecutivas ante rivales del grupo, no abandonaría hasta el penúltimo partido de clasificación. El 16 de noviembre de 1983 España se jugaba en Rotterdam el liderato, perdiendo 2 a 1 ante la Holanda de los hermanos Koeman y Van de Kerkhof. La clasificación se tendría que decidir en el último partido del grupo por el gol average, apartado en el que Holanda aventajaba claramente a España.
Antes de la última jornada, Holanda tenía una ventaja sobre España de +5 goles y ambos equipos tenían que enfrentarse a Malta -por entonces los partidos de la última jornada de clasificación no se celebraban el mismo día y hora-. Holanda, y aquí estuvo su perdición, se conformó con ganar por 5 goles a cero. España, por tanto, tenía que derrotar a Malta por 11 goles de diferencia para estar en la fase final de Francia.
EUFORIA CONTENIDA. Durante los días previos al partido, los jugadores de Miguel Muñoz, alentados por la prensa de la época, desatan una oleada de optimismo para convencerse a sí mismos que el objetivo era posible. Los jugadores aseguran que en la concentración sólo se hablaba de ganar por más de 11 goles y se mentalizaron desde el principio para lograrlo.
21 de diciembre de 1983. El Estadio Benito Villamarín de Sevilla, lugar de celebración del encuentro registra apenas media entrada. La verdad es que, al margen de los jugadores, entre los aficionados el optimismo no es muy elevado. Optimismo que se va disipando cuando pasan los minutos y España no marca. Sería Santillana en el minuto 16 cuando, por fin, marca el primer tanto. Sin embargo, ocho minutos después los malteses (Di Giorgio) empatan con un gol de rebote (pega en un jugador español y le desvía la trayectoria a Buyo). España marcaría dos goles más antes del descanso, pero se consideraba prácticamente imposible que pudiera marcar 9 goles en los 45 minutos restantes.
Quizá, por eso, porque se veía prácticamente imposible cumplir el objetivo, el equipo español deja en el vestuario la ansiedad y la presión que les atenazó en la primera parte. Rincón pone el marcador 5 a 1 en el minuto 15 de partido. Marcando dos goles cada quince minutos no hay tiempo suficiente para alcanzar los seis necesarios. Sin embargo, en los minutos 62 y 64 se rompe la estadística con tres goles seguidos (dos de Maceda y uno de Rincón). A los malteses no les daba tiempo a sacar de centro y volvían a recoger la pelota del fondo de la red.
Faltaban 25 minutos pero "ya sólo quedaban" por marcar 4 tantos más. Los asistentes en el Villamarín, animosos durante todo el partido, refuerzan en su aliento a los jugadores: "Sí, sí, sí, nos vamos a París". Fuera del estadio, los aficionados, reunidos en las cafeterías o en sus casas, empiezan a prestar atención a la retransmisión de José Angel de la Casa por TVE y a las diferentes emisoras radiofónicas que retransmiten el partido. Por entonces, el móvil era un artículo elitista y bastante pesado de llevar y, por supuesto, no existía twitter, whatsapp y otras redes sociales actuales ... pero el ciudadano -aficionado o no al fútbol- percibía en el ambiente que "algo" estaba pasando.
LOS 7 MINUTOS MÁS MÁGICOS DEL FÚTBOL ESPAÑOL. Santillana en el minuto 76 logra el noveno gol. Quedan menos de 15 minutos para conseguir tres goles más. Pero no da tiempo a pensarlo, al portero Bonnello no le daba tiempo a sacar los balones del fondo de su portería. Así, van cayendo goles en el intervalo de dos minutos hasta que Señor marca el definitivo en el 83. Sobra tiempo, la gesta se ha cumplido. La gente se asoma a terrazas y ventanas, sale a las calles, hacen sonar las bocinas de sus coches, para mostrar su alegría -todo aquello que nos faltó en el Mundial de hace dos años-.
¿Dónde estabas el día del 12/1 a Malta?
Al día siguiente se agotaron los periódicos, en los medios de transportes, centros de trabajo o estudio no había otro tema de conversación. Por fin, la furia roja les había devuelto la ilusión. Este partido se convirtió en una técnica nemotécnica para asociar nuestros recuerdos. ¿Dónde, con quién estaba, qué hacía...?, una línea temporal entre antes y después del 12/1 a Malta.
Ni que decir tiene que a los holandeses no les sentó muy bien la goleada y hubo ciertas acusaciones de fraude, pero la realidad -pasado el tiempo no se ha podido demostrar lo contrario- se encontraba en la escasa o nula habilidad futbolística de los malteses y en el exceso de confianza de "los boers". Eso sí, a partir de este partido, la UEFA fijó la coincidencia horaria en los partidos a disputar en la última jornada de los grupos de clasificación.