Las tenistas Lili Álvarez y Rosa Torres estrenaron en París 1920 la participación femenina española en los Juegos. Hubo de esperar 72 años para que una deportista española se subiera al podio de unos Juegos por primera vez. Fue Blanca Fernández Ochoa la primera con el bronce conseguido en los Juegos de Albertville '92, y hasta ahora la única medallista olímpica en unos juegos de invierno. Meses después, en Barcelona'92 la judoca vallisoletana Miriam Blasco se convierte en la primera campeona olímpica española.
En la única cita española con los Juegos empezó el lanzamiento del deporte femenino, pues se lograron un total de 8 medallas, entre ellas la de Hockey (primera selección española de la historia en conquistar el oro). En Londres 2012, ellas sí superaron los registros de Barcelona en cuanto a número de preseas, siendo autoras de 11 (3 más que en Barcelona) de las 17 logradas por el equipo olímpico español.
La vela y el tenis, con seis metales cada una, lideran también, al igual que el masculino, el medallero femenino, si bien en el caso del primero cuatro de ellas son de oro. Bádminton con la bicampeona mundial, y ahora también campeona olímpica, Carolina Marín, y Halterofilia con Lydia Valentín son los dos últimos deportes en estrenarse en el medallero olímpico, tanto masculino como femenino. Otras dos mujeres que han hecho historia en Río son Mireia Belmonte, Ruth Beitia y Maialen Chourraut, primeras campeonas olímpicas de natación, atletismo y piragüismo, respectivamente. El baloncesto femenino ha subido también por vez primera al podio (cuarta selección en conquistar metal). Y la gimnasia rítmica ha vuelto a reencontrarse con los metales 20 años después.